Tras un partido loco donde el partido empezó a hacérsele cuesta arriba con el penalti y la injusta expulsión del portero visitante, que no podía creerlo, el Racing aguantó el tirón de la segunda parte para salvar un punto de la visita a Burgo de Ebro. Caía la lluvia liviana sobre el césped del municipal de Burgo cuando el partido dio comienzo. La primera parte estuvo mayormente dominada por el juego del equipo local, que mantenía la posesión larga de balón y buscaba en profundidad a sus hombres de ataque sin encontrar fortuna. De echo, el equipo local golpeó hasta tres veces la madera. Minutos antes del cambio de rumbo que daría el partido, Vicente aprovechaba un gran centro medido de David para estrenar el marcador. Como comentabamos, minutos mas tarde se sucedería la locura monumental del partido. Balón en largo para el desmarque del delantero local, el portero sale para atajar el balón hacia el lateral del área y acaba impactando y derribando al delantero cometiendo un claro penalti. Lo que no sabía es que el árbitro iba a mostrarle el camino a las duchas antes de tiempo. A partir del penalti transformado por el equipo local el Racing replegó líneas para contener las llegadas del Burgo hasta el descanso.
Tras la reanudación el racing se dedicó a esperar atrás y buscar en las contras el gol del triunfo, pero fue el Burgo de Ebro quién llevó toda la iniciativa. Tanto es así que Jero, improvisado central, cometió un penalti demasiado infantíl que ofreció al equipo local una oportunidad clara de sacar el partido adelante. Pero hoy no era el día de los locales, frustrados por las ocasiones falladas, y el penalti se fue demasiado arriba. A partir de ahí tuvimos un partido loco en el que el Racing dispuso de cuatro ocasiones para ponerse por delante en el marcador.
Al final, reparto de puntos en un partido loco y vibrante, que tuvo como punto de inflexión la expulsión del portero visitante.
Hasta la próxima semana.
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